Uno de los inconvenientes de cambiar de banco o solicitar un producto financiero de otra entidad es que estas no nos conocen. No saben cómo nos comportamos económicamente hablando, no saben si pagamos siempre nuestras deudas ni tampoco cómo gastamos nuestro dinero. Eso crea, al menos en un primer momento, cierta desconfianza hacia el usuario. Por eso, cuando se trata de una tarjeta de crédito, la entidad emisora ofrece un límite de gasto contenido para minimizar el riesgo de pérdidas con sus nuevos clientes.
Así debes utilizar tu tarjeta de crédito para conseguirlo
Por suerte, con tiempo y buenas prácticas, podemos aumentar ese tope. Aquí proponemos 3 comportamientos o acciones que nos permitirán ampliar ese límite:
- ¡Usa tu tarjeta! Parece una obviedad, pero es bastante importante y vale la pena recordarlo. En lugar de pagar siempre con la misma tarjeta de débito, debemos ir utilizando también la que queremos aumentar su crédito. De lo contrario, no nos ganaremos la confianza de la entidad emisora.
- Respeta tu calendario de pagos. Este aspecto es primordial. Conforme vayan pasando los meses, tendremos que asegurarnos de que respondemos a las mensualidades resultantes. Además, somos nosotros quien fijamos qué parte pagamos cada mes de la deuda contraída (a no ser que utilicemos la opción de pago a fin de mes). No podremos aumentar nuestro límite de crédito si no demostramos que somos solventes con las deudas tomadas.
- No pagues solo el mínimo mensual. Las tarjetas de crédito suelen entregarse con una modalidad de pago mínimo mensual, lo que deja una cuota muy reducida. Hay que evitar esta opción por dos motivos: el primero, provoca que devolvamos muy poco capital y los intereses crezcan rápidamente; el segundo, la entidad puede entenderlo como una muestra de insuficiencia económica.
Seguir estos consejos nos permitirá conseguir un crédito mayor. Además de estos, obviamente, para conseguirlo tendremos que dar un paso más: solicitar el aumento.
Precaución con el límite de crédito
Puede que pasado cierto tiempo tengamos a nuestra disposición varios miles de euros, pero eso no supone que tengamos que hacer uso de todo el importe disponible. Debemos recordar que las tarjetas de crédito tienen un interés muy alto: por encima del 20% TAE normalmente. Para financiar compras de grandes importes, es preferible utilizar otros sistemas de financiación, ya sea el propio pago fácil de la tarjeta o recurrir a un préstamo personal. En ambos casos, el coste será menor.
Las tarjetas de crédito van más allá
Cuando pensamos en este producto bancario, solemos asociarlo única y exclusivamente al pago y a la financiación y olvidamos dos aspectos muy interesantes de las tarjetas de crédito: los descuentos y los seguros.
Hoteles, restaurantes, vuelos, entradas para el teatro… La mayoría de estas tarjetas disponen de promociones para ahorrar dinero. Al mismo tiempo, pagando con ellas estaremos más tranquilos, ya que suelen incluir seguros gratuitos de accidente, de protección de compras o de asistencia en viaje, entre otros. En ambos casos, para saber exactamente cuáles son sus condiciones tendremos que consultar el contrato de la tarjeta.
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