Aunque la mayoría de los españoles optan por el pago total para devolver lo gastado con sus tarjetas de crédito, todavía hay un porcentaje muy alto de consumidores que prefieren reembolsar el dinero dispuesto mediante el abono de cuotas mensuales. Con este método es mucho más cómodo saldar la deuda, pues se puede fraccionar la devolución en varias mensualidades, pero también puede salir muy caro si no se utiliza bien. Por eso, si usamos un plástico para pagar nuestras compras en varios plazos, debemos tener en cuenta varias claves para no endeudarnos excesivamente.

1. Aprovéchate de los descuentos que incluyen las tarjetas de crédito

En primer lugar, lo primero que podemos hacer para reducir lo que pagamos con nuestras tarjetas revolving es aprovecharnos de los descuentos y bonificaciones que incluyen la mayoría de ellas. En muchas ocasiones, las rebajas solo se aplican en compras realizadas en ciertos establecimientos, así que es aconsejable que nos leamos atentamente las condiciones de varias tarjetas para ver cuáles nos ofrecen los mejores descuentos.

En la tabla que presentamos a continuación podemos ver las condiciones de tres tarjetas que ofrecen exclusivos descuentos y bonificaciones:

Tarjetas Interés Ventaja Solicitar
Tarjeta Oro WiZink 27,24 % TAE Descuentos de hasta más del 50 % en cientos de establecimientos
Tarjeta Visa Evo Finance 21 % TAE Devolución del 1 % de todas las compras aplazadas
Tarjeta Groupon Bankintercard 26,82 % TAE Devolución del 5 % de las compras aplazadas realizadas en Groupon

Estas tres tarjetas no tienen comisiones de emisión ni de mantenimiento, por lo que son gratuitas año tras año. Además, para contratarlas no es necesario abrirse una cuenta corriente en la entidad o cumplir otros requisitos de vinculación.

2. Controla el dinero de plástico que gastas

Otra clave para no endeudarse excesivamente por culpa de una tarjeta de crédito es comprobar periódicamente cuánto llevamos gastado. En principio, la entidad emisora nos enviará el extracto mensual de nuestro plástico, pero también podemos consultar a través de Internet cuánto dinero hemos utilizado, cuánto hemos abonado y cuánto nos queda todavía por devolver. De esta manera, sabremos en todo momento cuál es nuestra deuda y no sufriremos sorpresas desagradables.

3. No devuelvas lo gastado con tu tarjeta en cuotas muy pequeñas

Finalmente, si no queremos que nuestra deuda crezca más de la cuenta, es aconsejable que paguemos una mensualidad relativamente elevada para reembolsar el crédito dispuesto de nuestras tarjetas. Aunque resulte mucho más cómodo devolver lo gastado en cuotas pequeñas, hacerlo supone alargar innecesariamente el plazo de amortización, lo que incrementa el dinero devengado en intereses.

Lo veremos de una manera más sencilla con el siguiente ejemplo. Imaginemos que nos hemos gastado 1.000 € con una tarjeta revolving cuyo interés es del 20 % TIN. Si decidimos devolver ese dinero en cuotas de 50 €, tendremos que abonar un total de 1.226,61 € y tardaremos más de dos años en saldar la deuda. En cambio, si lo reembolsamos en mensualidades de 100 €, al final pagaremos 1.103,04 € y tardaremos solo 12 meses en amortizar íntegramente el crédito dispuesto.

Asimismo, cabe recordar que el interés de las tarjetas de crédito suele ser muy elevado, de entre el 15 % y el 29 % TAE. Por ello, no es recomendable utilizar un plástico de este tipo para financiar grandes compras, pues nos saldría mucho más caro que hacerlo con un préstamo personal convencional, cuyo interés suele rondar el 8 % TAE.