En un mundo cada vez más online, en el día a día de los autónomos y las pymes, aunque la transformación digital y la presencia de las empresas en la red es muy importante, la realidad es que mucho del trabajo diario se hace en la calle, con el contacto físico entre personas y el entorno. Son muchas las pequeñas y medianas empresas que necesitan de cualquier tipo de vehículo para realizar su actividad diaria: coches, motos, furgonetas, vehículos agrícolas, etc. En algunos casos, incluso es esencial la presencia de uno de estos vehículos para poder empezar a desarrollar la profesión. A la hora de adquirir o renovar una herramienta de trabajo tan importante deberíamos conocer todas las formas que tenemos de financiar un coche o cualquier otro tipo de vehículo.

 

‘Renting’, alquiler de larga temporada

El rentig de vehículos nos permite alquilar un coche o cualquier otro tipo de automóvil durante un periodo a medio o a largo plazo. Normalmente, las empresas de renting tienen un mínimo de un año de alquiler y la propiedad nunca pasa a mano del autónomo o la empresa. Por regla general, la cuota mientras dure el contrato es fija por lo que nos permite tener una previsión de gasto, además, nos evitamos la gran inversión inicial que supone comprar los vehículos. El contrato de renting puede ser negociado como queramos, pues siempre que sea dentro de la ley, podemos ponerle todas las cláusulas que queramos.

Además, la cuota incluye los gastos de mantenimiento, de los impuestos, los seguros… El renting no es un método de financiación, por lo tanto no cuenta a la hora de solicitar otros tipos de préstamos o créditos para tu empresa o negocio. En cambio, tiene otras desventajas como el coste alto que tiene la cancelación anticipada del contrato, así como que la asistencia técnica la decide la empresa propietaria del bien alquilado, por lo que no podemos actuar sobre ella ni la periodicidad o calidad de la misma.

Financia el coche con leasing, alquiler con derecho a compra

Si del renting decíamos que no era un método de financiación, el leasing, en cambio, es un arrendamiento financiero que está regulado por ley, en el que los riesgos y beneficios de la propiedad se transfieren al autónomo o la pyme. Además, este tipo de alquiler incluye el derecho a compra. El leasing tiene un plazo más amplio que el anterior, normalmente el mínimo de contrato es de dos años. Por lo que podemos usar un vehículo y después decidir si nos lo queremos quedar, no cogerlo en propiedad y acabar el contrato o ampliar el arrendamiento.

Al revés que en el renting, a nuestra empresa o negocio le toca pagar el mantenimiento y los seguros. Sin embargo, encontramos ventajas fiscales, pues el valor de las cuotas puede tomarse como gasto tributario. En una cuota de leasing se incluye: coste de recuperación del bien + intereses o carga financiera + IVA. El coste de recuperación cubre el valor del bien en el tiempo y puede ser creciente o decreciente. Por otro lado, la carga financiera es un interés que se aplica al coste pendiente de recuperación.

Préstamos P2P para financiar la compra de cualquier vehículo

El leasing tiene un mayor coste financiero que cualquier préstamo coche. Por lo tanto, si leasing ni renting es lo más adecuado para desarrollar nuestra actividad profesional y la mejor opción para nuestro negocio es comprarnos el vehículo, podemos acceder a préstamos P2P. Estos son una alternativa a los préstamos bancarios para financiar vehículos pues el dinero lo aportan inversores independientes.

Estos préstamos se conceden a través de plataformas de crowdlending que podemos encontrar en Internet como Younited Credit. Además, hay algunas que se dedican a trabajar únicamente con empresas y autónomos, por lo que tienen condiciones más adecuadas que las que podemos encontrar para particulares y suelen tener intereses más competitivos.