El cambio de hora se producirá este mismo domingo, tal y como viene sucediendo cada año. Pese a que desde Europa se ha intentado eliminar este ajuste horario, no será hasta 2021 cuando se deje de aplicar esta medida. Y es que, en los últimos años se ha cuestionado mucho si realmente este sistema permite ahorrar. Por que ¿acaso afecta a nuestra tarifa de luz? ¿Qué deberíamos hacer para ver una mejora en nuestras facturas?

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Ajustar el reloj, ¿realmente sirve de algo?

El invierno se acerca. Pese a que aún quedan meses por delante, el cambio de hora es un momento clave para muchos de los españoles. Especialmente para aquellos que repiten con apatía desde agosto que los días son cada vez más cortos y, con esta medida, aún se pronuncia más esta sensación. Pero ¿de qué sirve reajustar nuestro reloj? ¿Cómo afecta a nuestra factura de luz?

Lo cierto es que el tema del ahorro energético está muy cuestionado desde hace unos años. De hecho, cada vez son más los expertos del sector que señalan que este sistema no garantiza que podamos ahorrar a final de mes. Es más, en muchos casos se acaba requiriendo más energía para contrarrestar la falta de horas de luz solar. Por lo cual, ¿por qué seguimos aplicando esta medida? La única respuesta que podemos dar a esta pregunta es: por costumbre.

Tanto es así que, si no cambian de idea una vez más, el cambio de horario se dejará de aplicar en toda Europa a partir de 2021. A partir de este momento, España se quedará con la hora de invierno.

Solo una tarifa de luz se adapta al cambio de hora

Cambiar de hora podría ser interesante si nuestra tarifa de luz se adaptara de alguna forma a esta medida. No obstante, solo una versión puede ofrecernos una mejora en el precio que asumimos por el kWh. Hablamos de la tarifa de luz con discriminación horaria, que ajusta sus franjas al horario de invierno (o verano). De esta forma, desde el 27 de octubre nuestra compañía nos aplicará el precio reducido de 22h a 12h; mientras que el resto del día nos tocará asumir el coste más alto.

Evidentemente, esta flexibilidad no la ofrece la tarifa de luz de precio fijo ni la regulada (PVPC). Por lo tanto, gran parte de los consumidores no notaremos una mejoría y, en el peor de los casos, sí tendremos que asumir las subidas del precio en la factura. Y es que no olvidemos un detalle importante: cuánta más energía se requiere en el mercado para abastecer a la población, más cara suele salir. ¿El motivo? Se acaba recurriendo a fuentes energéticas más caras (como el carbón) para cubrir la alta demanda.

Soluciones atemporales para rebajar las facturas

Dado que ni el cambio de hora ni la tarifa por si sola permiten una solución real a la llegada del horario de invierno, no está de más aplicar algunos consejos para ahorrar luz. Por ejemplo:

  • Aprovechar al máximo las horas de luz solar para iluminar y calentar la casa.
  • Utilizar las persianas y cortinas para salvaguardarnos del frío durante la noche.
  • Limpiar las bombillas, de modo que obtengamos más claridad, así como los aparatos de climatización.
  • Regular la temperatura del termostato, así como de la caldera.

En definitiva, adaptar nuestra casa a los meses de frío de forma eficiente.